La economía de los Estados Unidos es fuerte pero se enfrenta a riesgos. Los inversores deben estar preparados.
Los resultados actuales de la economía de los Estados Unidos son notables, especialmente su 26% del PIB mundial, un máximo de casi 20 años. El dólar estadounidense, como principal divisa mundial, controla las reglas monetarias y, a pesar de la aplicación de políticas de endurecimiento monetario, la tasa de crecimiento económico sigue siendo superior a las expectativas del mundo exterior, lo que refleja la fortaleza de su economía y el dominio del dólar estadounidense en las reglas monetarias mundiales. Sin embargo, detrás de estos buenos resultados siguen existiendo retos e incertidumbres. A continuación, profundizaremos en los antecedentes históricos y la situación actual de la economía de los Estados Unidos.
Antecedentes históricos de la economía de los Estados Unidos
En 1783. Estados Unidos ganó con éxito la Guerra de la Independencia, separándose completamente del dominio colonial británico e iniciando una nueva era de desarrollo independiente. Aunque la economía de los Estados Unidos estaba aún en pañales en el período inicial inmediatamente posterior a la independencia, el país entró rápidamente en la senda del rápido crecimiento económico en virtud de sus ricos recursos naturales y de la expansión de sus mercados. Durante este periodo, Estados Unidos, aprovechando su vasta extensión territorial y sus ricos recursos minerales, construyó gradualmente una economía llena de potencial.
A mediados del siglo XIX, especialmente tras el final de la Guerra de Secesión en 1865, la economía de los Estados Unidos experimentó una notable transformación. El periodo de Reconstrucción posterior a la Guerra Civil marcó la transición de un modelo económico predominantemente agrario a otro centrado en la industrialización de Estados Unidos. El rápido auge de las fábricas y los ferrocarriles dio un gran impulso al desarrollo de la productividad industrial y aceleró también el proceso de urbanización, lo que permitió a Estados Unidos conformar gradualmente una economía modernizada dominada por la industria y las ciudades.
En 1913, la economía de los Estados Unidos experimentó un hito importante con la creación del Banco de la Reserva Federal. Este acontecimiento marcó la madurez formal del sistema financiero estadounidense. El establecimiento del Sistema de la Reserva Federal (Fed) no sólo proporcionó una política monetaria estable para el mercado financiero, sino que también mejoró la capacidad de regulación financiera y la capacidad de respuesta a las fluctuaciones económicas. La creación de este sistema sentó unas bases sólidas para el crecimiento económico y la estabilidad financiera de los Estados Unidos, permitiéndole ocupar una posición importante en el posterior escenario económico mundial.
Aunque a principios del siglo XX se predijo que Gran Bretaña, Rusia, Alemania y Estados Unidos dominarían el poder mundial, las guerras mundiales y la globalización modificaron esta visión. Las dos guerras y sus consecuencias contribuyeron al rápido ascenso de la economía de los Estados Unidos, transformándola de una nación industrial en el centro de la economía mundial. Con su fuerte base económica, innovación científica y tecnológica, y una estructura financiera sólida, los Estados Unidos se consolidaron como el líder del sistema económico y financiero global, con efectos de gran alcance en el panorama económico y político internacional.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en 1914, la economía de los Estados Unidos se mantuvo relativamente neutral durante las primeras etapas del conflicto y no participó oficialmente hasta 1917. Tras el fin de la guerra, el país adoptó una política aislacionista que limitaba la intervención y la participación internacional, lo cual provocó que la proporción del comercio internacional respecto al PIB alcanzara un mínimo histórico. Esta política reflejaba el enfoque de los Estados Unidos en asuntos internos y su distanciamiento relativo de los temas internacionales de la época. Sin embargo, el aislacionismo no duró mucho, y los cambios en el panorama mundial, junto con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, obligaron a los Estados Unidos a ajustar su estrategia económica internacional.
La Segunda Guerra Mundial alteró profundamente el entorno económico y político mundial. Durante la guerra, la economía de los Estados Unidos mostró una capacidad de producción sorprendente, convirtiéndose en un apoyo esencial para los Aliados. Al finalizar la guerra, Estados Unidos reemplazó rápidamente a Gran Bretaña como líder mundial, y el dólar estadounidense sustituyó a la libra esterlina como moneda internacional predominante. Este período marcó el inicio del dominio estadounidense en el sistema económico mundial y remodeló el sistema financiero internacional.
En 1944, se estableció el sistema de Bretton Woods, situando al dólar estadounidense, vinculado al oro, como la principal divisa internacional, con otras monedas alineadas a su valor. Este acuerdo colocó al dólar en el centro de la economía de los Estados Unidos y apoyó su recuperación económica. Aunque el sistema colapsó en la década de 1970 debido a las presiones económicas, el dólar mantuvo su estatus de principal moneda global y continuó siendo un pilar en los mercados financieros internacionales.
En el siglo XXI, la globalización acelerada ha estrechado la relación entre los mercados económicos y financieros internacionales. La entrada y ascenso de China reforzaron la posición de la economía de los Estados Unidos en el mundo. El crecimiento económico de China no solo impulsó el comercio y las inversiones globales, sino que también fortaleció los lazos entre los Estados Unidos y otras economías importantes, consolidando la influencia del dólar en el sistema económico global. Esta fase de globalización y el ascenso de China han permitido a Estados Unidos mantener su posición económica dominante, enfrentando al mismo tiempo nuevos retos y oportunidades.
En resumen, la economía de los Estados Unidos ascendió rápidamente hasta convertirse en la primera superpotencia mundial gracias a los beneficios de las guerras, su política monetaria y el proceso de globalización. El éxito de la transformación industrial y la acumulación de capital fortalecieron aún más su liderazgo mundial. Sin embargo, las secuelas de la expansión fiscal y monetaria, el desafío de un "aterrizaje suave" y la falta de confianza del público en las perspectivas económicas han añadido incertidumbre al futuro de la economía de los Estados Unidos.
Lo que domina la economía de los Estados Unidos
En 2023. la economía de los Estados Unidos mostró una estabilidad inesperadamente fuerte, gracias en gran parte al impulso del gasto de los consumidores. A pesar del reto que supone la subida de los tipos de interés, el gasto de los consumidores estadounidenses se ha mantenido fuerte, apoyando así el crecimiento económico. El fuerte gasto de los consumidores no sólo impulsó la actividad económica, sino que también ayudó a estabilizar el rendimiento en general de la economía, garantizando una expansión continuada.
Con el mayor mercado de consumo del mundo, EE.UU. es uno de los principales motores del crecimiento económico. El sector servicios es el corazón de la economía de los Estados Unidos, ya que representa más del 80% del producto interior bruto (PIB). El sector servicios engloba los servicios financieros, la sanidad, la educación, el comercio minorista, las tecnologías de la información y el ocio, que desempeñan un papel clave en la economía.
Los sectores de los servicios financieros y la tecnología son especialmente destacados y tienen un alcance mundial. Estados Unidos no sólo es un centro mundial de innovación financiera y tecnológica, sino también la sede de muchas empresas líderes mundiales, como Apple, Google y Goldman Sachs, que ocupan una posición fundamental en el mercado global.
La estructura de la economía de los Estados Unidos depende en gran medida del libre mercado, el sistema financiero y la industria tecnológica. El gobierno federal domina la fiscalidad y el gasto sectorial, mientras que el Sistema de la Reserva Federal es responsable independiente de la oferta monetaria. Sin embargo, este arreglo también conlleva relaciones complejas en términos de política. Por ejemplo, la reciente política de tipos de interés de la Reserva Federal se ha vinculado externamente a las próximas elecciones presidenciales, generando un gran debate.
Estados Unidos ha estado a la vanguardia de la innovación tecnológica en el mundo, especialmente en las áreas de la tecnología de la información, la biotecnología y las energías limpias. Silicon Valley es reconocido mundialmente como un centro de innovación tecnológica, que atrae grandes cantidades de inversiones y talento. Estados Unidos es líder mundial en tecnología e innovación, especialmente en los campos de la tecnología de la información, la biotecnología y la inteligencia artificial. El sector tecnológico no sólo impulsa el crecimiento económico, sino que también atrae importantes inversiones.
Aunque el sector servicios domina la economía de los Estados Unidos, la industria manufacturera sigue siendo importante. El sector manufacturero estadounidense abarca una amplia gama de sectores, como el aeroespacial, la automoción, la maquinaria, los equipos electrónicos y los productos químicos. Aunque el peso económico global de la industria manufacturera ha disminuido, sigue desempeñando un papel clave en la innovación tecnológica y la producción de productos de alto valor añadido.
El sector manufacturero estadounidense está dominado por los productos de alta tecnología y alto valor añadido, con una competitividad notable en el sector aeroespacial, los equipos electrónicos de alta tecnología y los automóviles en particular. Estas áreas no sólo impulsan el progreso tecnológico, sino que también tienen un impacto significativo en la estructura y la competitividad global de la economía de los Estados Unidos. A pesar del predominio del sector servicios en la economía, la innovación y los productos de gama alta en la industria manufacturera siguen siendo fundamentales para el crecimiento a largo plazo y la competitividad internacional de la economía de los Estados Unidos.
Estados Unidos es uno de los mayores productores agrícolas del mundo, y las exportaciones agrícolas son importantes en el mercado mundial. Entre los principales productos agrícolas se encuentran el maíz, la soja, el trigo, la carne de vacuno y de cerdo. Aunque la agricultura representa un pequeño porcentaje del PIB, es importante para el comercio de exportación estadounidense y para la economía rural.
Como uno de los mayores productores de energía del mundo, EE.UU. es especialmente fuerte en el sector del petróleo y el gas. Las revolucionarias tecnologías del petróleo y el gas natural de esquisto han transformado a EE.UU. de importador tradicional de energía a exportador neto de energía, una transformación que ha tenido implicaciones de gran alcance para los mercados energéticos mundiales. La capacidad de producción energética de EE.UU. no sólo satisface la demanda interna, sino que también ocupa una posición significativa en el mercado mundial, impulsando los movimientos de los precios internacionales de la energía y mejorando la posición estratégica de EE.UU. en la cadena mundial de suministro energético.
En general, la economía de los Estados Unidos está muy diversificada y dominada por el sector servicios, con una fuerte competitividad en la industria manufacturera, la agricultura, la energía y la ciencia, la tecnología y la innovación. Los principales motores son los servicios y el gasto de los consumidores, mientras que la industria manufacturera y la CTI desempeñan un papel clave en la mejora estructural y el crecimiento económico a largo plazo.
Situación actual y tendencias de la economía de los Estados Unidos
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el ambiente electoral se vuelve cada vez más tenso y se intensifica el enfrentamiento entre las dos personas. Sin embargo, los resultados de la economía de los Estados Unidos son insatisfactorios, lo que resulta muy desfavorable para el Partido Demócrata en el poder. Actualmente, los indicadores económicos generales de Estados Unidos, incluidos los indicadores adelantados y sincronizados, no están funcionando tan bien como espera el mercado, y algunos de los indicadores han emitido incluso señales de advertencia de recesión.
Como importante indicador económico adelantado reconocido por el mercado, el índice de gestores de compras (PMI) ha enviado preocupantes señales de advertencia en los últimos años. Por ejemplo, el índice de gestores de compras (PMI) manufacturero del Instituto de Gestión de Suministros (ISM) ha descendido durante tres meses consecutivos y ha caído por debajo del umbral de 50 dólares.
Esta situación suele ser señal de que el sector manufacturero estadounidense puede estar experimentando una recesión, ya que un PMI por debajo de 50 dólares suele indicar que la actividad manufacturera se está contrayendo en lugar de expandirse. Además, el PMI de servicios básicos también obtuvo malos resultados y también cayó por debajo de la línea de corte de 50 dólares, lo que indica que otro pilar importante de la economía de los Estados Unidos -el sector servicios- también pasó del auge a los signos de recesión.
El descenso de estos indicadores PMI refleja la tendencia a la ralentización del crecimiento de la economiía de los Estados Unidos, lo que constituye una señal de alarma a la que los participantes en el mercado y los responsables políticos deben prestar gran atención. El deterioro de los resultados de los sectores manufacturero y de servicios, componentes principales de la economía, podría tener implicaciones de gran alcance para la economía en general. Los inversores y los analistas deben seguir de cerca los cambios en estos indicadores para realizar ajustes estratégicos en el entorno económico actual y prepararse para las tendencias económicas futuras.
En el frente de la inflación, el índice de precios al consumo (IPC) de EE.UU. ha caído significativamente desde su máximo de mediados de 2022 del 9%, pero nunca ha caído por debajo del 3% en el último año. Aunque el IPC ha vuelto a caer recientemente hasta situarse en torno al 3%, lo que sugiere una cierta relajación de la inflación, sigue estando por debajo del objetivo del 2% fijado por la Junta de la Reserva Federal. Esto refleja el hecho de que la caída de la inflación, aunque significativa, no ha alcanzado la reducción esperada, lo que sugiere que la cuestión de la inflación sigue siendo un reto.
La disminución de la inflación está estrechamente relacionada con la ralentización del crecimiento económico, lo que sugiere que la economía de los Estados Unidos puede haber entrado en una fase de desaceleración. Sin embargo, el hecho de que el IPC no haya descendido hasta el nivel objetivo fijado por la Junta de la Reserva Federal sigue ejerciendo presión sobre la conducción de la política monetaria. Uno de los principales retos a los que se enfrenta la Fed es cómo controlar eficazmente la inflación para cumplir su objetivo de inflación y garantizar al mismo tiempo un crecimiento económico estable. Este dilema obliga a la Fed a sopesar a fondo el equilibrio entre el crecimiento económico y el control de la inflación a la hora de formular la política monetaria.
La Junta de la Reserva Federal está cada vez más preocupada por el mercado laboral estadounidense. En la actualidad, la tasa de desempleo estadounidense ha superado el 4% y la continua tendencia al alza ha desatado una preocupación generalizada sobre la salud de la economía. Según el estudio de la Regla de Sahm, cuando la diferencia entre la media de tres meses de la tasa de desempleo y el mínimo del año anterior alcanza los 0,5 puntos porcentuales, el riesgo de recesión aumenta significativamente. Actualmente, los datos de la Regla de Sahm se acercan a esta línea de advertencia, lo que indica que el riesgo de recesión en Estados Unidos está aumentando.
Un aumento de la tasa de desempleo en la economía de los Estados Unidos no sólo refleja la debilidad del mercado laboral, sino que también apunta a un debilitamiento de la actividad económica. Los primeros signos de alerta de la regla de Sahm han avivado la preocupación sobre el curso futuro de la economía. Si la tasa de desempleo sigue subiendo y supera los umbrales clave, puede tener un impacto negativo en el gasto de los consumidores y en el crecimiento económico, lo que hace más difícil para la Junta de la Reserva Federal formular la política monetaria. En un entorno económico así, cómo equilibrar el control de la inflación y el fomento del empleo se ha convertido en una cuestión clave que debe abordar la Junta de la Reserva Federal.
A pesar de que los indicadores económicos muestran el riesgo de recesión, la Junta de la Reserva Federal aún no ha tomado medidas para recortar los tipos de interés, lo que ha provocado un escepticismo generalizado entre los economistas. Muchos expertos creen que la situación económica actual requiere una política monetaria más laxa para estimular el crecimiento y mitigar los riesgos asociados a unos tipos de interés elevados. El mercado espera con impaciencia el anuncio de una bajada de tipos por parte del Consejo en su reunión de septiembre y confía en que sus ajustes políticos tengan un impacto significativo en la dirección de la economía.
La experiencia histórica de la economía de los Estados Unidos ha demostrado que las acciones estadounidenses tienden a bajar en cierta medida un mes antes del anuncio de una decisión de recorte de tipos, lo que explica el reciente nerviosismo de los mercados. La anticipación de los inversores a una recesión inminente y a un ciclo de recortes de los tipos de interés puede haberles impulsado a ajustar sus estrategias de inversión para protegerse de los riesgos potenciales en un tiempo de mayor volatilidad del mercado. Tales ajustes no sólo reflejan una reacción sensible a los movimientos políticos de la Fed, sino que también demuestran la incertidumbre y la cautela del mercado sobre la futura dirección de la economía.
En vista de la actual debilidad de la economía de los Estados Unidos y del riesgo potencial de recesión, los inversores deberían revisar sus estrategias de asignación de activos. Se recomienda reducir la exposición a activos de riesgo y, en su lugar, aumentar la asignación al mercado de bonos. El mercado de bonos suele ofrecer rendimientos relativamente estables y un riesgo menor en un entorno bursátil recesivo y volátil. Al desplazar fondos al mercado de bonos, los inversores pueden reducir eficazmente la volatilidad general de sus carteras y proteger el capital en medio de la incertidumbre económica.
El inicio de un ciclo de recortes de los tipos de interés puede ser favorable para el mercado de bonos. Los recortes de los tipos de interés suelen provocar un descenso de los rendimientos de los bonos, lo que a su vez impulsa el valor de mercado de los bonos y, por lo tanto, las inversiones en bonos pueden producir rendimientos adicionales. El mercado de valores, mientras tanto, puede estar bajo presión correctiva, especialmente si el crecimiento económico se ralentiza. Recurriendo al mercado de bonos en estos momentos, los inversores no sólo pueden disfrutar de los beneficios potenciales de unos precios de los bonos más altos, sino también mantener sus carteras sólidas frente a los vientos en contra de la economía.
La economía de los Estados Unidos se encuentra actualmente bajo presión a la baja y, aunque la Junta de la Reserva Federal mantiene una política monetaria restrictiva, la probabilidad de un recorte de los tipos es cada vez mayor. Los inversores deben prestar mucha atención a los cambios en los indicadores económicos y ajustar sus estrategias de inversión en respuesta a posibles recesiones económicas y a la volatilidad del mercado. Las tendencias económicas futuras tendrán un impacto significativo en las decisiones de inversión.
Situación actual | Tendencias y desafíos |
26% del PIB mundial: fuerte pero se enfrenta a retos. | Ralentización del crecimiento económico y riesgo de recesión |
Fuerte gasto de los consumidores; dominan los servicios. | El crecimiento se basa en el gasto de los consumidores y los servicios. |
La industria manufacturera es fuerte; la tecnología lidera. | Los avances tecnológicos impulsan el crecimiento de la industria y la tecnología. |
IPC por encima del objetivo, aumento del desempleo. | Coexisten el control de la inflación y los retos del mercado laboral. |
El endurecimiento de la política y la subida de los tipos recortan las expectativas. | Ajustes de la política monetaria para la ralentización económica. |
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