La inversión pasiva es una estrategia de inversión a largo plazo que se centra en la simplicidad y el crecimiento constante, sin intentar superar al mercado.
La inversión pasiva se ha convertido en una de las estrategias de inversión más populares en los últimos años. Tanto si eres un principiante como un inversor experimentado, esta estrategia de inversión ofrece una forma sencilla y rentable de hacer crecer tu patrimonio con el tiempo. Pero, ¿qué es exactamente la inversión pasiva y en qué se diferencia de la inversión activa? En este artículo, exploraremos la definición y el significado de esta estrategia, además de compararla con el enfoque de inversión activa más tradicional.
Definición de inversión pasiva
En esencia, la inversión pasiva es una estrategia que tiene como objetivo replicar el desempeño de un índice de mercado o de referencia específico, en lugar de intentar superar al mercado mediante la selección de acciones individuales o la negociación frecuente. La forma más común de inversión pasiva es a través de fondos indexados o fondos cotizados en bolsa (ETF), que siguen el desempeño de índices de mercado como el S&P 500, el Nasdaq-100 o el Dow Jones Industrial Average.
En la inversión pasiva, el objetivo no es seleccionar activamente acciones ganadoras o predecir el mercado, sino reflejar el desempeño del mercado en general. Esta estrategia supone que, a largo plazo, los mercados crecerán en valor y el inversor se beneficiará de esta tendencia general al alza. Como resultado, los inversores pasivos mantienen sus inversiones a largo plazo y realizan cambios mínimos en su cartera.
Como estrategia de inversión cada vez más popular, la inversión pasiva tiene varias características distintivas que la convierten en una opción cada vez más atractiva para muchos inversores:
Costos bajos: los fondos pasivos generalmente tienen tarifas de administración mucho más bajas en comparación con los fondos activos. Como no hay necesidad de administración activa ni operaciones frecuentes, los costos generales de la inversión pasiva pueden mantenerse al mínimo.
Diversificación: Al invertir en fondos indexados que replican índices generales del mercado, los inversores pasivos obtienen una diversificación inmediata. Esto ayuda a distribuir el riesgo entre múltiples empresas y sectores, lo que hace que sea menos probable que el rendimiento de las acciones individuales afecte significativamente la cartera.
Enfoque a largo plazo: la estrategia pasiva se centra en la idea del crecimiento a largo plazo. Los inversores suelen mantener sus posiciones durante años, o incluso décadas, con el objetivo de beneficiarse del rendimiento general del mercado.
Mínimo esfuerzo: una vez seleccionado un fondo indexado o ETF, el inversor no necesita prácticamente nada para gestionar o ajustar activamente su cartera. Esto hace que la estrategia de inversión pasiva resulte especialmente atractiva para quienes prefieren un enfoque de no intervención.
Nivel de riesgo de la inversión pasiva
El nivel de riesgo de la inversión pasiva se considera generalmente entre bajo y moderado, especialmente en comparación con la inversión activa. Dado que los inversores pasivos suelen invertir en índices de mercado amplios, están expuestos a una amplia gama de acciones, industrias y sectores. Su diversificación inherente ayuda a distribuir el riesgo entre diferentes activos, lo que puede reducir el impacto de cualquier acción o sector con un rendimiento inferior al esperado en la cartera general. Si una empresa o un sector atraviesa dificultades, otros dentro del índice pueden ayudar a compensar las pérdidas.
Sin embargo, esta estrategia aún conlleva riesgos de mercado. Si el mercado en general cae, el inversor pasivo probablemente experimentará pérdidas similares. Por ejemplo, durante una caída del mercado, un fondo indexado S&P 500 generalmente reflejará la caída de todo el índice. Si bien la inversión pasiva ofrece un riesgo menor que la selección de acciones o la sincronización del mercado, aún está sujeta a fluctuaciones más amplias del mercado.
El nivel de riesgo también puede variar según el tipo de fondo indexado elegido. Por ejemplo, los fondos que se centran en sectores o acciones más volátiles, como la tecnología o los mercados emergentes, pueden conllevar un riesgo mayor que los que siguen índices más amplios y estables, como el S&P 500.
En una palabra, la inversión pasiva suele tener un nivel de riesgo bajo o moderado porque evita los riesgos de intentar predecir el mercado o elegir acciones individuales. Sin embargo, no está libre de riesgos y está sujeta a los movimientos generales del mercado y a los riesgos específicos asociados con el índice que sigue. La diversificación, un principio clave de la inversión pasiva, ayuda a reducir los riesgos, pero nunca puede eliminarlos por completo.
Inversión pasiva vs. inversión activa
Como se muestra en el gráfico a continuación, durante aproximadamente la última década, la inversión pasiva ha ganado fuerza, superando a las estrategias activas en activos totales bajo gestión, y esta tendencia se ha acelerado en los últimos años.
Tanto la inversión pasiva como la activa tienen sus ventajas, pero sus objetivos, métodos y resultados son muy distintos. A continuación, presentamos una comparación detallada de estas dos estrategias, que también puede explicar por qué la inversión pasiva ha superado a la inversión activa en los últimos años.
Objetivo:
El objetivo principal de la inversión pasiva es igualar el rendimiento de un índice de mercado, como el S&P 500 o el Dow Jones Industrial Average. Los inversores buscan beneficiarse del crecimiento general del mercado sin intentar superarlo. Este enfoque se basa en la creencia de que el rendimiento a largo plazo del mercado generará rendimientos adecuados.
Por el contrario, la inversión activa tiene como objetivo superar el rendimiento del mercado o de un índice de referencia específico. Los inversores activos lo hacen seleccionando acciones individuales u otros valores que creen que superarán el rendimiento del mercado, basándose en la investigación, el análisis o la intuición.
Estilo de gestión:
La inversión pasiva requiere una intervención mínima. Una vez que se elige un fondo indexado o un ETF, el fondo se reequilibra automáticamente para reflejar los cambios en el índice. El inversor no necesita prácticamente nada para controlar o tomar decisiones sobre acciones específicas.
Sin embargo, la inversión activa implica un análisis y una toma de decisiones constantes. Los inversores o los gestores de fondos evalúan constantemente las condiciones del mercado, analizan los valores individuales y ajustan la cartera comprando o vendiendo activos en función de las oportunidades o los riesgos previstos.
Costo:
Una de las mayores ventajas de la inversión pasiva es su bajo coste. Como los fondos pasivos no requieren una gestión activa, tienen comisiones de gestión más bajas y menos costes de transacción.
En comparación, la inversión activa conlleva comisiones más altas debido a los costos de la gestión activa, la investigación y las transacciones frecuentes. Estas comisiones pueden reducir la rentabilidad con el tiempo, especialmente en los fondos que tienen un rendimiento inferior al del mercado.
Riesgo:
La inversión pasiva suele considerarse menos riesgosa que la inversión activa debido a su naturaleza diversificada. Al seguir un índice completo, los inversores pasivos distribuyen su riesgo entre múltiples sectores y empresas. Si bien el riesgo de mercado sigue presente, la exposición a la volatilidad de las acciones individuales se reduce.
La inversión activa conlleva un mayor riesgo porque depende de la capacidad del inversor para seleccionar acciones que tengan un mejor rendimiento del mercado. Una mala selección de acciones o un mal juicio sobre el mercado pueden dar lugar a pérdidas significativas, especialmente en comparación con las estrategias pasivas que simplemente siguen el mercado.
Horizonte temporal:
La inversión pasiva suele ser una estrategia a largo plazo. Los inversores suelen mantener sus posiciones durante años, lo que permite que sus inversiones crezcan junto con el mercado. Este enfoque a largo plazo es adecuado para quienes no necesitan rendimientos inmediatos y prefieren invertir para objetivos futuros, como la jubilación.
La inversión activa puede tener un enfoque a corto o mediano plazo, según los objetivos del inversor. Muchos inversores activos buscan sacar provecho de las fluctuaciones del mercado y, a menudo, toman decisiones basadas en tendencias a corto plazo o informes de ganancias.
Expectativas de retorno:
Los inversores pasivos pueden esperar rendimientos que reflejen el desempeño del índice que siguen. Históricamente, se ha demostrado que la forma pasiva de invertir ofrece rendimientos competitivos con la mayoría de los fondos de gestión activa, especialmente después de tener en cuenta las comisiones más bajas.
Sin embargo, los inversores activos aspiran a superar al mercado. Si bien existe la posibilidad de obtener mayores rendimientos, las investigaciones muestran que muchos inversores activos no logran superar al mercado de manera constante, en particular después de deducir las comisiones de gestión más altas.
Aspecto | Inversión pasiva | Inversión activa |
Objetivo | Reflejar el desempeño de un índice de mercado. | Superar al mercado o a un índice de referencia. |
Estilo de gestión | Intervención mínima; enfoque de no intervención. | Compra y venta frecuente de acciones. |
Costo | Tarifas de gestión y costes de transacción bajos. | Tarifas más altas debido a la gestión activa. |
Riesgo | Generalmente más bajo, gracias a la diversificación. | Riesgo potencialmente mayor, dependiendo de la selección de acciones. |
Horizonte temporal | Enfoque a largo plazo, manteniendo posiciones durante años. | A corto o medio plazo, con cambios frecuentes. |
Expectativas de retorno | Iguala los rendimientos promedio del mercado. | Tiene como objetivo superar el desempeño del mercado. |
En resumen, la inversión pasiva es una estrategia rentable con bajas comisiones de gestión y que proporciona una diversificación instantánea, lo que reduce el riesgo. Ofrece rendimientos constantes y a largo plazo que reflejan el desempeño del mercado, lo que la hace ideal para inversores a largo plazo que no se involucran en la inversión. Sin embargo, también tiene limitaciones, como un potencial limitado de rendimiento superior y vulnerabilidad a las caídas del mercado, ya que sigue el mercado en general. La adopción de una estrategia pasiva para invertir depende de la disposición del inversor a aceptar el riesgo, su horizonte de inversión y de si valora la simplicidad o busca gestionar activamente sus inversiones.
Descargo de responsabilidad: Este material es solo para fines de información general y no pretende ser (y no debe considerarse) asesoramiento financiero, de inversión o de otro tipo en el que se deba confiar. Ninguna opinión expresada en el material constituye una recomendación por parte de EBC o del autor de que una inversión, un valor, una transacción o una estrategia de inversión en particular sea adecuada para una persona específica.