Las acciones asiáticas se desplomaron el lunes: el Nikkei 225 cayó un 12,4%, su peor pérdida diaria desde 1987, y entró en un mercado bajista.
Las bolsas asiáticas se desplomaron el lunes tras el derrumbe en Wall Street. El Nikkei 225 cayó un 12,4%, registrando su mayor pérdida diaria desde 1987, y entró en un mercado bajista con una caída desde su pico anual de más del 20%.
La fuerte apreciación del yen, que ha ganado impulso desde que el BOJ aumentó las tasas de interés el 31 de julio, también está afectando al mercado. Los exportadores pueden no haberse preparado para este cambio, lo que contribuye a la volatilidad.
Además, crece la preocupación de que la Reserva Federal esté rezagada en su respuesta, lo que podría llevar a los inversores globales a buscar refugios seguros. Esto ha estimulado un repunte en los bonos, con el rendimiento de estes del Tesoro a 10 años cayendo al nivel más bajo desde julio pasado.
Los índices con mayor peso tecnológico fueron los que tuvieron peor desempeño: el KOSPI cayó un 8.8%. El índice ASX 200 cerró con una baja del 3.7%, impulsado por los precios más débiles de las materias primas, y el Nifty 50 bajó alrededor del 2.6% actualmente.
Este desplome recuerda a lo que ocurrió justo después del brote de Covid-19. Los temores de una recesión asestaron un duro golpe a las acciones mundiales, y la fuerte caída se prolongó durante meses.
Entrar al mercado japonés en este momento es como intentar atrapar "un cuchillo en caída", según UBS Global Wealth Management. La única razón por la que el mercado japonés fue fuerte en los últimos dos años fue la debilidad del yen.
El banco espera que el yen alcance alrededor de 143 por dólar, e incluso 135, si las compañías de seguros de vida y los fondos de pensiones japoneses comienzan a repatriar más yenes a Japón.
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